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Arquitectos: Dalman Architects
- Área: 245 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Stephen Goodenough
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Proveedores: Central Heating, Dezignatek Joinery, GRAPHISOFT, Herman Pacific Cladding, Lighthouse lighting, Nalco Windows, Velux Windows, Viking Roof Spec
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El objetivo del proyecto es diseñar una casa de vacaciones para un cliente al que le gusta jugar golf y cuya prioridad es alejarse del estrés de la vida en Singapur. El proyecto se localiza en Nueva Zelanda, en la zona occidental del pueblo de Pegasus (Canterbury) donde las parcelas se ordenar en torno a un campo de golf. La casa se orienta al Norte con vistas al ‘tee’, el lago y las montañas de la zona. La casa se ubica en el centro de la parcela con el fin de liberar espacio a su alrededor y alejar el edificio de la carretera, asumiendo así una posición central con más espacio para respirar.
La casa explora el concepto de espacio negativo y espacio positivo. El vacío central creado por los cuatro elementos que lo organizan define el espacio negativo, aquí se ubican las áreas comunes. El espacio positivo habita estos cuatro elementos ordenadores, donde se desarrollan diferentes funciones como el descanso tanto de dueños como de invitados, la cocina y servicios y el garaje. En la parte superior se encuentra el quinto elemento, un gran cubierta plana que unifica todas las partes y crea espacios exteriores cubiertos. Cada elemento que configura el espacio esta claramente definido por su materialidad, expresando su individualidad y reforzando la idea de funciones agregadas. Los revestimientos exteriores de hormigón y madera, se llevan al espacio interior, haciendo que la idea de interior y exterior se diluya. Se genera un contraste entre un espacio central, abierto y libre con un carácter más colectivo y en el interior de los espacios ordenadores donde se desarrollan funciones específicas y el espacio es mas reducido y con un techo más bajo.
Se crean y enmarcan diferentes espacios al aire libre entre los volumenes, lo que permite una transición suave entre las áreas de estar y las terrazas exteriores. Los grandes ventanales corredizos se adentran en las paredes, haciendo desaparecer los límites interiores y exteriores de manera que el campo de golf se convierte en parte de la experiencia de la casa y crea una sensación de pertenencia al lugar que enriquece el placer de las vacaciones.